sábado, 28 de noviembre de 2009

El símbolo del Transformador

Por Ignacio Soto

La casona de Haedo es un símbolo de la apropiación de los espacios. Propiedad del entonces gobernador de Buenos Aires durante la década infame, el conservador Manuel Fresco y construida por Alejandro Bustillo, esta casa que perteneció a una élite, hoy es, entre otras cosas, un centro de día para los que no tiene techo.

El centro comunitario nació con parte de los integrantes de la asamblea de Haedo la cual ya no existe. La asamblea se formo en 2001 y tuvo su momento de efervescencia, pero al no poder ser resolutiva muchos integrantes se formaron en otras organizaciones como la radio FM Moreno ó FM Freeway, y algunos hasta terminaron en movimientos piqueteros y de Derechos Humanos.

La crisis se debió a que la asamblea era meramente declarativa, lo que motivó a un grupo de integrantes a que empezaran a trabajar con personas que dormían en los vagones del enlace ferroviario de Haedo.

En un primer momento el trabajo fue sin techo hasta que lograron que el partido socialista de Morón les prestara su local para realizar un almuerzo y una merienda, sumado a talleres recreativos. Sin embargo, la relación terminó cuando en el espacio cedido desapareció una importante donación de comida, por lo que decidieron volver a realizar sus actividades en la calle. Pero no faltó tiempo para que encontraran un lugar: “Un compañero planteó la idea tomar el espacio de la vieja casa de Fresco la cual estaba abandonada”, declara Mariano, integrante del centro de día del tranfo.

Antes de tomar el inmueble, los integrantes del centro hablaron con el heredero quien no vio problema siempre y cuando no realizaran actividades políticas.
La mansión estaba derruida y los integrantes del Tranfo la arreglaron como pudieron, para empezar a realizar las actividades bajo techo.

En un primer momento los integrantes llamaron centro barrial, apuntando a una integración con los vecinos, pero si bien la relación es buena, no resultó tan fluida como esperaban. Finalmente se redefinieron como centro comunitario para darle una concepción más amplia y para acercarse a barrios obreros cercanos.

La realidad hoy no es avorable. El dueño pretende desalojarlos para demoler la casa y hacer edificios de departamentos, pero tiene más de un obstáculo: la casa es monumento histórico por ley firmado por Bustillo y no debe ser demolido sino restaurado. Por otro lado, se deben 30 años de impuestos inmobiliarios y la provincia de Buenos Aires tiene la casona semi expropiada. “Nosotros queremos que la provincia en conjunto con el municipio de Morón, expropien la casa y se costee la restauración, para que no sea sólo nuestra sino de todo el barrio ya que es un patrimonio cultural de toda la provincia”, afirma Mariano.
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